CAJAS CON SECRETOS, en un bellísimo auditorio colmado de público.
Había niños y niñas de todas las edades -algunos bien acomodados en el regazo de sus padres- y muchos adultos.
Me dio una inmensa alegría compartir ese momento y reencontrarme con personas que recuerdo siempre con mucho cariño. Entre ellas, Carina y Lucrecia. Fue un poco como "volver a casa".
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